Mediació

Bioscopi

Talleres de animación documental para la creación de una película colectiva

Quitarnos la máscara

Esta actividad propone intervenir nuestras selfis para hacer que aparezca “la antiselfi” donde representarnos de un modo más auténtico, para quitarnos la máscara que todos y todas llevamos. ¿Cómo podemos hacer emerger nuestra personalidad singular en una selfi? ¿Qué es lo que hace que tú seas tú? ¿Qué ocurre cuando modificamos nuestra propia imagen?

Individual o pequeños grupos cooperativos

Recomendado a partir de 11 años

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Prepara el material

Para crear la antiselfi:

  • 3 selfis tuyas impresas en papel en blanco y negro.
  • Cúter.
  • Acuarelas, témperas, rotuladores, ceras, lápices, papeles de colores…, materiales para dibujar y pintar sobre nuestras selfis.
  • Una cartulina de color y tamaño DIN A3.
  • Hojas blancas de tamaño DIN A4.

Para el set de captura:

  • Un dispositivo móvil (teléfono, tableta o similar) con cámara, equipado con la aplicación Stop Motion Studio (disponible para Android e iOS).
  • Una caja de cartón (tipo zapatos).
  • Un colgador.
  • Una lámpara pequeña.
  • Cinta adhesiva de pintor.

¡AYUDA!

Encontraréis cómo construir un set de captura en el anexo Información complementaria.

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Algunas ideas para empezar

Las selfis son aquellos autorretratos fotográficos que solemos hacer con el móvil. El auge de las selfis se debe principalmente a la explosión de las redes sociales y de los teléfonos inteligentes. De hecho, se han convertido en una prueba irrefutable de la existencia de los espacios digitales. Son un acto social, y podríamos decir que una selfi está completa cuando recibimos el último comentario. Porque, si se quedan en la galería de fotos sin subir, si no salen de nuestro móvil, ¿sigue siendo una selfi?

Las selfis son un acto identitario para reivindicar quiénes somos, cómo somos y dónde estamos. Nos permiten ser y pertenecer. Así pues, somos en la medida en que nos mostramos, y pertenecemos en la medida en que las otras miradas nos reconocen.

Jia Tolentino, redactora y editora, nos alerta de que, si bien el relato de nuestro yo digital lo vamos construyendo a base de selfis y trocitos de nuestro día a día, el deseo de conformidad, el postureo y la autoexploración pueden acabar por desdibujarnos. En la selfi, reconocemos el vínculo entre identidad y emociones: recibir comentarios positivos nos puede hacer sentir bien y nos puede disparar la dopamina, pero también podemos sentir malestar, vacío existencial. Esta necesidad de pertenecer a la colectividad nos conduce a la conformidad, y a cumplir una serie de normas no escritas en torno a cómo hacer una selfi que contente a nuestra audiencia y les guste. Estos códigos pueden tener condicionantes culturales, de género, de edad, etc., pero son reconocidos y compartidos por la comunidad. El proyecto Selfie City demostró, analizando las selfis de diferentes ciudades del mundo, que había patrones de similitudes y diferencias. 

Así pues, las selfis son un elemento más en este proceso de construcción de la identidad dinámica, subjetiva e interactiva, y a la vez son muestras también de los yos colectivos atravesados por factores contextuales comunes.

¡AYUDA!

Encontraréis el test completo en el anexo ¿Selfitis?, aquí.

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Ahora, ¡miremos películas!

Puedes inspirarte mirando estos clips, que nos ayudan a entender las ideas que se han expuesto en el punto anterior y a entender la animación como herramienta para representar diferentes realidades y explorar el mundo.

10 YEARS: PICTURE EVERY DAY (AGE 14-24), Anne Eadington, 2020

Esta chica se hizo selfis durante 10 años, desde los 14. En este timelapse podemos ver la evolución de su aspecto física durante todo este período de tiempo. La autora explica lo siguiente en relación con esta experiencia:

“Como muchas chicas de 14 años, no estaba contenta con mi aspecto, y esperaba que eso cambiara en el futuro. Pensé que, si documentaba cada día, me mantendría motivada intentando sentirme mejor conmigo misma. Ahora, mirando las etapas por las que he pasado, me siento ligeramente más segura con mi apariencia, pero me reconforta ver que me he transformado más allá de mi aspecto físico. Me asusto al ver las fotos de la persona que fui el año pasado, o incluso el mes pasado, pero intento reconocer que son solo una parte de lo que me ha llevado hasta el momento presente.

USTED ESTÁ AQUÍ, Dostopos, 2012
Fragmento propuesto: del minuto 1:47 al 2:52

En este videoclip de las creadoras Dostopos, Anna Pfaff y Ariadna Ribas, vemos un ejemplo de collage animado donde se juega con la combinación de diferentes elementos para crear nuevos rostros. Podemos fijarnos en las distintas calideces de los tipos de archivo recortados, algunos en color y otros en blanco y negro. Observamos también las proporciones de los elementos y la distancia que hay entre ellos, y cómo eso le da la gracia de una nueva lectura de las imágenes.

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¿Qué relación establecemos con las selfis?

¿Cuántas veces durante el día capturamos nuestra imagen? ¿Cómo son esas imágenes? ¿Qué es una selfi? ¿Lo sigue siendo si no la publicamos?

La selfi es una exposición de nuestra propia imagen; cumple una función social y nos permite construir y experimentar nuestra propia identidad. Pero estas imágenes siempre están condicionadas por la reacción del otro. Esto, seguramente, hace que la autorrepresentación que hagamos de nosotros mismos busque proyectar una identidad atractiva que consiga la aprobación de aquellos que nos observan. Así pues, ¿cuáles son esas garantías de éxito? ¿Existen normas no escritas en el mundo de la selfi? ¿Nos sentimos condicionados o presionados para representarnos de un modo u otro? ¿Qué papel juegan los filtros y las máscaras digitales?

Partiendo de estas preguntas, construid una “antiselfi” utilizando herramientas plásticas a través de vuestras manos, para representaros de una forma distinta y original.

HAZTE SELFIS 

Hazte selfis: busca tres espacios diferenciados para hacerte estas 3 fotografías. Pueden ser espacios recurrentes de tu día a día: la habitación, el baño, un lugar con vistas…

Si os hacéis selfis habitualmente, también podéis buscar en la galería de imágenes de vuestro teléfono móvil y seleccionar 3 selfis donde tengáis 3 apariencias diferentes. Una vez que las hayáis elegido, imprimidlas en blanco y negro y en formato DIN A4.

¿SELFITIS?

Ahora que ya os habéis hecho las selfis, os invitamos a hacer un test para reflexionar sobre nuestra relación personal con la selfi. Podéis hacerlo solos, por parejas o en pequeños grupos.    

¡AYUDA!

Encontraréis el test rápido en el anexo ¿Selfitis?, aquí.

Este test pone de manifiesto que el fenómeno de la selfi es muy complejo y que atraviesa muchas dimensiones de nuestra experiencia: nos ayuda a reforzar nuestro entorno, se convierte en una herramienta de relación con los demás, es un vehículo para compartir y mostrar nuestros estados de ánimo y, también, es la herramienta que puede construir la autoconfianza y la autoestima. Así pues, la selfi es un medio que nos permite pertenecer a una comunidad, aunque también nos condicione el modo en que nos autorrepresentamos.

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Haz tu antiselfi

¿Qué entendemos por antiselfi? Un autorretrato que sea original y diferente, y que rehúya las autorrepresentaciones que estamos más acostumbrados a realizar. Con las fotografías que nos hemos hecho anteriormente impresas en papel, y con la técnica del collage, deconstruiréis vuestra imagen para subvertirla y generar una nueva imagen que os represente. Crearéis una animación con estas partes de vuestra antiselfi para dar una dimensión más expresiva a vuestro nuevo retrato. Para tomar conciencia a la hora de crear plásticamente esta nueva antiselfi, podéis seguir la guía siguiente:

PASO 1. Observación

Observad las 3 selfis impresas en papel y cuestionaos:

  • ¿Qué punto de vista utilizas para fotografiarte?
  • ¿Qué me permite este encuadre? ¿Qué partes de mi rostro muestro más? ¿Por qué? ¿Y cuáles oculto? ¿Por qué?
  • ¿Hacéis gestos o muecas al haceros selfis? ¿Tienen algún significado? ¿Cuál es el antigesto?
  • ¿Tenéis algún vicio o tic que no queréis mostrar pero que os define? ¿Morderos las uñas, tocaros constantemente el pelo?
  • ¿Qué posiciones corporales adoptamos normalmente? ¿Son siempre las mismas? ¿Qué queréis transmitir? ¿Os atrevéis a salir de estos estándares?
  • Si hacéis un ejercicio de honestidad frente a las imágenes, ¿podéis detectar la falsedad de vuestras selfis?

PASO 2. Deconstrucción y distanciamiento

Recortad en fragmentos vuestras selfis. Podéis romperlas, recortarlas por fragmentos según los elementos que conforman nuestro rostro (ojos, nariz, boca, cejas, orejas…), podéis cortarlas en tiras (horizontales, verticales, diagonales). La idea es poder deconstruir las selfis a pedazos y volver a observarlas de un modo distinto, jugando con la mezcla de las 3 imágenes.

  • ¿Qué ocurre si combináis de modo distinto los elementos para crear un nuevo rostro?
  • ¿Hay alguna combinación que consideréis más honesta para mostrar quiénes sois? ¿Hay alguna combinación que os haga irreconocibles?
  • ¿Estas combinaciones os pueden acercar a una autorrepresentación única?

PASO 3. Intervención plástica

Podéis intervenir plásticamente las imágenes. Algunas ideas:

  • Con ceras, rotuladores, lápices, acuarela… podéis colorear, tapar, tachar, resaltar elementos repasando algunas líneas, exagerar, modificar la forma. Prestad atención a la capacidad expresiva de cada modificación.
  • Escribid encima algunas de las reflexiones que habéis hecho durante el taller (el torso de vuestra selfi puede ser una buena superficie para escribir).
  • Arrugad o rascad algunas de las partes. ¿Qué podéis transmitir con estas acciones más agresivas sobre vuestra imagen?

 

  • Podéis dibujar sobre una hoja blanca algunos de los elementos que queréis intercambiar por partes que tenéis fotografiadas o que no aparecen y queréis que salgan. ¿Dibujáis una nueva boca o una nueva mirada?

PASO 4. Puzle de la antiselfi

Encontrad una combinación de los elementos de las 3 selfis (haciendo una selección) que os parezca original. Montad, sin pegar, esta antiselfi sobre una cartulina de color y tamaño DIN A3. No fijéis estos elementos, ya que deben poder moverse en vuestra animación. Jugad a separar los elementos y unirlos de nuevo: podéis hacerlos girar, reagruparlos o cambiarlos de orden. Todas estas acciones en movimiento darán una dimensión más expresiva y compleja a nuestra antiselfi.

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La animación

En solitario o en pequeños grupos, haréis una captura de estas nuevas identidades que formarán parte de FaceTrue, una nueva red social que nos permite desenmascararnos colectivamente y mostrar nuevos yos que hasta ahora han permanecido ocultos.

PASO 1. Montar el set

Utilizaréis un dispositivo móvil (teléfono, tableta o similar) con cámara, equipado con la aplicación Stop Motion Studio (disponible para Android e iOS).

Buscaréis una superficie lisa (en el suelo o sobre una mesa) y montaréis vuestro soporte de captura.

¡AYUDA!

Podéis consultar cómo construir un soporte para poder fotografiar de forma cenital, aquí.

¡ATENCIÓN!

Es importante recordar que la captura tiene que ser en formato horizontal.

PASO 2. Captura

Hay que utilizar la aplicación Stop Motion Studio (móvil o tableta). Colocad todos los fragmentos de vuestra antiselfi sobre una cartulina de color que os hará de fondo. Centrad la cartulina sobre esta superficie lisa. Podéis fijarla con cinta adhesiva de pintor para que no se mueva. Abriendo la aplicación Stop Motion Studio veréis cuál es el plano de la captura; encuadrad como si fuera un retrato, que podáis apreciar las partes del rostro y que no quede lejos ni cortado. Ahora tendréis que dar vida a vuestra antiselfi. Id separando y organizando los fragmentos poco a poco y, entre cada pequeño desplazamiento, disparad una fotografía. El objetivo es que con el movimiento de los recortes podáis crear un retrato en movimiento, que aporte más carácter y expresividad a vuestra identidad. Tendréis que fotografiar 20 cambios de posición para que vuestra animación dure al menos 2 segundos. La imagen donde capturéis el retrato con el puzle completo tendréis que pausarla 12 veces para que podamos contemplarlo durante 1 segundo. En la animación podéis jugar a separar los elementos y unirlos de nuevo. Podéis hacerlos girar, reagruparlos o cambiarlos de orden. Todas estas acciones en movimiento darán una dimensión más expresiva y compleja a nuestra antiselfi.

A través de la aplicación deberéis ajustar la velocidad de reproducción a 12 fotogramas por segundo. Después de realizar este ajuste, podéis realizar una prueba de visualización pulsando el play y comprobar si la percepción del movimiento es la que estamos buscando.

¡AYUDA!
Encontraréis más información sobre el funcionamiento de la aplicación Stop Motion Studio en el anexo Información complementaria.

¡ATENCIÓN!

Es importante que la animación esté centrada y que controléis los desplazamientos para que no sean demasiado grandes ni demasiado pequeños. Vigilad que no aparezcan vuestras manos en las fotografías. La aplicación Stop Motion Studio tiene una opción que permite ver la imagen anterior superpuesta, por lo que es fácil controlar las distancias y las posiciones entre las distintas fotografías.

PASO 3. Compartimos

Ahora que ya tenéis esta nueva selfi, con los compañeros y compañeras compartid las imágenes y comentadlas entre todos para ver las reacciones, del mismo modo que hacemos en la red. ¿Cómo responden los compañeros y compañeras? ¿Cómo explicáis vuestra autorrepresentación? ¿Cambiaríais algo al compartirla? Este encuentro nos permite ver que hacer selfis es un gesto social. Y todos tenemos la necesidad de pertenecer al grupo. Pertenecemos en la medida en que las otras miradas nos reconocen. La red, igual que nos hace vulnerables, nos protege al exhibirnos en grupo.

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Envía la animación

A través de este formulario envíanos tu animación para que forme parte de FaceTrue, una nueva red social en la que podremos quitarnos las máscaras que todos llevamos y hacerlo colectivamente. El formulario os solicitará un título: en este caso podéis atreveros a revelar algo más de vuestra identidad. Podéis partir de las siguientes frases o generar otras nuevas:

  • No soy… tan simpático / tan seguro / tan tímido
  • No tengo… los dientes perfectos
  • No siempre estoy… donde quiero estar / viajando

Envía

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Y, al final, ¿qué hemos aprendido?

Internet es un espacio de ocio donde la mayoría de nosotros tenemos perfiles (máscaras digitales) en las plataformas que nos permiten presentarnos y representarnos como si fuera un escaparate. Internet nos permite socializar y construir la propia identidad a través de fotografías y vídeos; nos autoexponemos para ser y pertenecer. Sin embargo, al hacerlo nos exponemos a comentarios que pueden afectarnos emocionalmente y generar inseguridad sobre nosotros mismos. Debemos recordar que todo lo digital también tiene su materialidad, por lo que la información que compartimos online tiene siempre consecuencias offline y nos afecta.

¿Qué ha ocurrido cuando habéis modificado vuestra propia imagen con vuestras propias manos y con herramientas distintas a las habituales? ¿Cómo os habéis sentido fuera del medio digital? Huyendo de los filtros digitales que estamos acostumbrados a utilizar, los cuales muchas veces nos homogeneizan y nos desdibujan, ¿habéis encontrado el modo de autorrepresentaros de forma única y genuina?

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